El estado hipnótico es un modo particular de intercomunicación entre dos personas
Un nuevo estudio demuestra que las sugestiones recibidas en ese estado ayudan en la dieta para bajar de peso.
Una tras otra, las dietas para adelgazar o bajar de peso fracasan. Y esto sucede básicamente debido a dos verdades irrefutables: la carne es débil, y todo lo que es bueno, engorda.
Periódicamente, el superyo logra imponerse y obliga a dirigir la mirada hacia los estantes donde se ofrecen exquisiteces diet, en la mayoría de los casos, un contrasentido en sus propios términos. Pero ahora, para ir en busca de la solución, se abre un nuevo camino que va exactamente para el otro lado.
Según recientes investigaciones, una manera de bajar de peso, dejar la gordura atrás y adelgazar, consiste en adecuar, a través de los mecanismos que ofrece la hipnosis, los gustos y los hábitos a los mandatos de la balanza.
Así, aseguran sus seguidores, la búsqueda incensurable del placer gastronómico ya no deja sus huellas en le cuerpo.
Funciona. El profesor de psicología Irving Kirsch (52), de la Universidad de Connecticut, Estados Unidos, comenzó a estudiar en los años ´80 el efecto de la hipnosis aplicado a la terapia de distintos problemas. Hoy, como director del área Hipnosis Psicológica de la American Phychological Association, y autor de numerosos libros de la especialidad, es la referencia obligada en le tema. "Imagínese la sorpresa al descubrir que el impacto de agregar hipnosis en la terapia particularmente notorio en tratamientos de reducción de peso", comentó el especialista en diálogo con NOTICIAS.
El año pasado, Kirsch comparó y analizó todos los estudios científicos realizados hasta el momento en le mundo, un total de dieciocho, y comparó sus resultados. Lo que vio es que los efectos de los programas de reducción de peso no variaban mucho cuando se les agregaba una terapia hipnótica, pero una vez terminado el programa, los que se habían sometido a sesiones de hipnosis continuaban bajando de peso significativamente los seis meses siguientes, y mantenían los logros incluso hasta dos años después ( ver gráfico).
Tal como lo publica en uno de los últimos números del Journal of Consulting and Clinical Pshychology, " el paciente que recibía hipnoterapia en el tratamiento para adelgazar se beneficiaba al menos un 70% más que los que recibían el mismo tratamiento pero sin hipnosis".
Educando el paladar. Mediante la hipnosis, el terapeuta logra que la persona experimente cambios en las sensaciones, percepciones, ideas y comportamientos. Por lo general, se empieza por una práctica de relajación, y el cambio buscado se logra a través de estados alterados de la conciencia, llamados trances.
El fenómeno de trance se produce la modificación del estado de conciencia. Se genera por medios psicológicos, es decir, sin la utilización de psicofármacos, drogas o alucinógenos. El doctor Carlos Malvezzi Taboada (48), especialista en psicología clínica y representante en el país de la International Society for Medical and Psychological Hypnosis, resalta el hecho de que le enfoque debe ser siempre artesanal, individual, sin reglas fijas. "El trance hipnótico es un modo particular de intercomunicación entre dos personas".
Un fenómeno que adquiere particular relevancia en le momento del trance es el de la sugestión, que es la aceptación de nuevas ideas sin oponerle críticas, o con disminución de la crítica. Tras resaltar que, contra lo que se cree popularmente, los únicos no sugestionables son los esquizofrénicos, oligofrénicos y los débiles mentales, el especialista refiere que cuando se está en estado hipnótico, se incrementa la capacidad de sugestión. Es en ese momento cuando se siembran las nuevas ideas.
" En una sesión se le puede pedir al paciente que se imagine en la situación problema, y comparta con le terapeuta las autosugestiones negativas que le impiden cumplir sus objetivos, por ejemplo el convencimiento de que por un pedacito de chocolate no-pasa nada", refiere Kirsch.
Juntos, terapeuta y paciente, deben tratar de cambiar esa consigna por otra en la que se haga hincapié quizás en el goce de ver cómo adelgazar el propio cuerpo. Según Kirsch, "una vez que se identifica como funcionan las tentaciones y sus adaptaciones, el paciente puede después hacer autohipnosis y enfrentarlo solo".
Buceando en las motivaciones. Otra de las formas en las que actúa la hipnosis para adelgazar es ayudando a bajar el nivel de ansiedad y estrés, dos de los factores que contribuyen a que se gane peso. En determinados casos se trabaja sobre las motivaciones que hacen engordar. "Hay gente que come mucho porque le da placer comer durante horas", refiere Malvezzi Taboada. En esos casos, se trata de provocar una distorsión en le tiempo, y con eso lograr que cuando la persona esté comiendo, sienta que el tiempo pasa más rápido."
Un caso aún más típico es el de las personas que "engullen" sin detenerse a observar lo que comen se les dificulta aun mas el bajar de peso. La hipnosis ayuda a generar una pauta distinta, basada en la observación casi contemplativa de lo que está en le plato. "Como le ocurre a los que están durante horas frente a la parrilla, que se les va el hambre de tanto mirar la carne", ejemplifica Malvezzi Taboada. En otros casos, sin pretender que el paladar se vuelva insensible al chocolate, o que sueñe con hojas de lechuga, los expertos aseguran que dos sesiones de hipnosis por semana consiguen en pocos meses lograr que la gente afine su sensibilidad, se vuelva más selectiva, y disfrute más con los alimentos menos calóricos.
No hay que ser un elegido. Si bien no se puede decir que los beneficios de la hipnosis se distribuyen democráticamente, la idea tradicional de que para poder aprovecharlos hay que poseer lo que podría llamarse "talento hipnótico congénito" ya pertenece al pasado. Las posibilidades varían de persona en persona, en parte a sus actitudes y expectativas. En opinión del doctor Kirsch, "si bien la gente escéptica a la hipnosis tiene menos posibilidades de beneficiarse con este tipo de tratamientos, hay personas que se sometieron al tratamiento, aún siendo escépticos y, en muchos casos, la experiencia les ayuda abrir sus mentes."
ADELGAZAR BAJAR DE PESO
Se impone el cambio. La Argentina es un país de gordos (ver gráfico). Las causas pueden ser muchas, y de lo más variadas. Una nutricionista norteamericana de la Universidad de Pensilvania acaba de descubrir que la gente que hace de la comida un motivo de reunión con sus amigos consume un 50% más de comida que la que se sienta a la mesa con extraños. El efecto, naturalmente se observa sobre todo a la hora del postre.
Por otra parte, el zapping televisor permite participar activamente de todos los deportes sin moverse del sillón. "Es clave acabar con el sedentarismo", opina el nutricionista Alberto Cormillot (57), director del Instituto Argentino de Nutrición. El problema no hay que buscarlo en la comida, porque un chico al que hoy vemos gordo, ingiere en promedio un 15% menos de lo que comía un chico que era flaco en los años sesenta. Porque lo que sucede es que los chicos hoy casi no se mueven. Cormillot también califica a la actual como la "era de la permisividad", en la que la gente engorda comiendo dietético, y acusa a la industria del adelgazamiento de generar permanentemente pistas falsas a través de la publicidad, delitos que la pasividad de las autoridades médicas deja pasar. "El gordo es un enfermo confundido" lamenta Cormillot.
Para el sobrepeso, siempre hay excusas. Pero tal vez, la causa esencial haya que buscarla en la redefinición de la jungla en la que vive el ser humano. En sus inicios, el hombre debía salir en búsqueda de comida. Ahora, marketing mediante, es la comida la que sale a cazar a la gente. Y un cambio en el frente de lucha, impone, sin lugar a dudas, un cambio de armas.
0 comentarios:
Publicar un comentario